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La importancia de medir para mejorar

¿Cómo diseñar indicadores y cuadros de mando efectivos? La gestión de procesos es una disciplina fundamental en cualquier organización que busca mejorar su eficiencia y eficacia. La medición y seguimiento de los procesos es clave para identificar oportunidades de mejora y tomar decisiones informadas.

En este sentido, los indicadores clave de rendimiento (KPI) y los cuadros de mando son herramientas fundamentales para tener una visión clara de cómo están funcionando los procesos y tomar decisiones basadas en datos.

Según el experto en gestión de procesos Michael Hammer, “la gestión de procesos se trata de la eliminación de la ineficiencia y la ineficacia a través de la eliminación de los pasos innecesarios y la mejora de los procesos existentes” (Hammer, 1990).
Entonces, los KPI y los cuadros de mando son herramientas valiosas para identificar los pasos innecesarios y mejorar los procesos existentes.

La base para la definición de indicadores (KPI)

Los KPI son métricas cuantitativas que se utilizan para medir el desempeño de un proceso. Según los expertos en gestión de procesos Robert Kaplan y David Norton, “los KPI son una forma de comunicar la estrategia de la organización a todos los niveles de la organización” (Kaplan y Norton, 1996).
La definición de los KPI debe ser un proceso colaborativo que involucre a los responsables de los procesos, los gerentes y otros stakeholders relevantes.

¿Por qué tener los cuadros de mando bien claros?

Los cuadros de mando son herramientas que permiten visualizar los KPI de forma clara y concisa. Según el experto en gestión de procesos Bernard Marr, “los cuadros de mando permiten a las organizaciones ver el rendimiento de los procesos en tiempo real y tomar decisiones informadas” (Marr, 2016).

Los cuadros de mando deben ser diseñados de forma cuidadosa para que sean fáciles de entender y utilizar.

Implementando KPI y cuadros de mando

Una vez definidos los KPI y diseñados los cuadros de mando, es importante implementarlos adecuadamente para que sean efectivos en la gestión de procesos. Según el experto en gestión de procesos Peter Drucker, “lo que se mide, se gestiona” (Drucker, 1954). Algunas recomendaciones para la implementación de los KPI y los cuadros de mando son:

  • Comunicar claramente los KPI y su importancia en la gestión de procesos a todas las partes interesadas.
  • Establecer un sistema de seguimiento y evaluación periódica de los KPI y los cuadros de mando.
  • Realizar ajustes y mejoras en los KPI y los cuadros de mando según los cambios en los procesos y objetivos de la organización.

Herramientas para la Gestión de Procesos

Además de los KPI y los cuadros de mando, existen otras herramientas que pueden ser útiles en la gestión de procesos, como:

Diagramas de flujo: permiten visualizar el flujo de trabajo y las interacciones entre los diferentes procesos y actividades.

Matrices de responsabilidad: definen las responsabilidades de los diferentes roles en los procesos.

Análisis de Pareto: permite identificar los problemas más importantes en un proceso y priorizar su solución.

Mapas de procesos: permiten visualizar los procesos y sus interacciones con otros procesos y áreas de la organización.

En resumen, la gestión de procesos es clave para mejorar la eficiencia y eficacia de cualquier organización, y la medición y seguimiento de los procesos son elementos fundamentales para identificar oportunidades de mejora y tomar decisiones informadas.

Los KPI y los cuadros de mando son herramientas fundamentales para medir y visualizar el rendimiento de los procesos y tomar decisiones informadas. La definición de los KPI y el diseño de los cuadros de mando deben ser procesos colaborativos que involucren a los responsables de los procesos, los gerentes y otros stakeholders relevantes.

La selección de los KPI y el diseño de los cuadros de mando deben estar en constante revisión y adaptación, ya que los procesos y objetivos cambian con el tiempo.

Es importante destacar que la selección de los KPI y el diseño de los cuadros de mando deben estar en constante revisión y adaptación, ya que los procesos y objetivos cambian con el tiempo.

La utilización de estas herramientas permite a las organizaciones tener una visión más clara y objetiva de su rendimiento, lo que les permite tomar decisiones informadas y mejorar su eficiencia y eficacia.